El Deseo de Medea.




Ufff mi Don Juan, si supierais el suplicio que pasé a la vez que placer. Es horroroso correrse delante de la gente y no poder gritarlo. Intentar disimular los gemidos aunque supongo que la cara era mi delatora. Ojalá hubieran sido tus labios en vez de las perlas, hubiera sido otra situación y no me hubieras hecho callar por más que me lo Suplicaras. Es un honor tu divino regalo que de alguna manera compensaré.

Medea.

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